Cuanto más buceamos en el universo más nos damos cuenta de lo poco que sabemos. De vez en cuando hay algún suceso o descubrimiento que nos lo recuerda vivamente. Es lo que ha ocurrido tras la observación, mediante el Telescopio Espacial Hubble, de un fenómeno astronómico desconocido.

Se sitúa en el centro de la galaxia NGC 3147 , que está a 129 millones de años luz de la Tierra. Allí hay un agujero negro supermasivo rodeado de un disco de acreción de materiales (gas y polvo), que gira a gran velocidad y es extremadamente delgado. Esto es una anomalía, puesto que los científicos tenían entendido que solo las llamadas galaxias tremendamente ‘activas’ tiene este tipo de discos de acreción.

La NGC 3147 no es una galaxia particularmente ‘activa’, por lo que el descubrimiento del Hubble rebate las asunciones de los científicos. El Hubble ha reunido datos sobre el agujero negro supermasivo, que tiene una masa 250 millones superior a la de nuestro sol. Además, gira a un 10% de la velocidad de la luz.

El descubrimiento implica que los modelos actuales sobre galaxias de baja luminosidad han fallado. Y es que los científicos habían seleccionado esta galaxia para confirmar sus modelos sobre galaxias de baja luminosidad. En lugar de una confirmación se han encontrado con todo lo contrario.

Una oportunidad de estudio

Los científicos pensaban que por debajo de ciertas luminosidades –en este rango estaba la galaxia NGC 3147– no existía disco de acreción. Así, a partir de ahora los modelos de galaxias y agujeros negros podrían modificarse , con el objetivo de entenderlos mejor.

Además, los científicos señalan que este fenómeno también ofrece una oportunidad para estudiar las teorías de la relatividad y su aplicación. El disco se encuentra dentro del campo gravitatorio del agujero negro y permitiría a los investigadores estudiar cómo la luz se ve afectada.

Imágenes: Wikipedia, NASA

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