El titular ya ha dado la vuelta al mundo: “Facebook instalará un botón de no me gusta”; aunque la realidad parece un poco diferente. Según lo publicado en el medio estadounidense The Verge, lo que Facebook está haciendo es probar un mecanismo de calificación que simplemente pretende ser un método para marcar comentarios “un tanto cuestionables” dentro de las publicaciones públicas.

De momento, este experimento social solo se ha llevado a cabo en un pequeño grupo de usuarios norteamericanos(5%) que, por otro lado, no han tardado en compartir en otras redes sociales como Twitter pantallazos de esta posible nueva dinámica de la compañía de Sillicon Valley.

Según diversas fuentes, la nueva opción consiste en presionar el botón downvote para ocultar el comentario que desees; acto seguido se le pide al usuario que diga si el comentario fue “ofensivo”, “engañoso” o “fuera de contexto”. Del mismo modo, los usuarios no podrán ver los recuentos de la vista descendente. Desde fuentes de la compañía consultadas por The Verge se asegura que “no estamos probando un botón de antipatía”, tal y como se estaba rumoreando en un principio.

Facebook ya consideró, y llevó a cabo, la implementación de una función similar, aunque de otro modo; hablamos de la introducción de reacciones en 2016: emojis que ofrecen a los usuarios una generosa gama de respuestas para cubrir emociones más allá del simple “me gusta”. Así, se creó el “me entristece”, “me enfada”, “me divierte” o “me encanta”.

Facebook, empeñada en marcar una hoja de ruta nueva

Facebook ya avanzó a comienzos de este año su nueva estrategia basada en una vuelta a los contenidos más personales, dejando en cierto modo de lado las publicaciones de marcas y medios, que copaban la red social últimamente. Este viraje hacia publicaciones más significativas de amigos se hace también palpable con la nueva prueba de laboratorio de la compañía, empeñada en marcar una hoja de ruta nueva y que veremos si funciona.

Desde luego, esta nueva novedad de la red social azul ayudará a la plataforma a recopilar datos relevantes y descubrir las conversaciones que demandan los usuarios. Otros ya acusan a Facebook de censura y veto a la libertad de expresión. Todo parece encaminado a luchar contra las fake news y las fuentes poco fiables. El downvote es solo un experimento de momento, una muestra más de que Zuckerberg no puede parar quieto, y del afán evolutivo de un producto que debe adaptarse a una sociedad cada vez más cambiante.

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