La cadena de bloques ha llegado al mundo de la telefonía. Empresas como Samsung ya han incluido la tecnología blockchain en sus nuevos terminales, que traerá beneficios al mundo tecnológico, permitiendo el uso de criptomonederos y aplicaciones descentralizadas (ÐApps).

¿Qué es un teléfono blockchain?

Básicamente, es como cualquier teléfono con sistema operativo Android o iOS, pero con un enclave seguro que le permite conservar sus propias claves y sus propios datos. Los datos pertenecen al usuario, en lugar de estar a disposición de Google, Apple o alguna otra compañía.

Es un teléfono común, con la misma funcionalidad, pero está protegido frente a inseguridades de sistemas operativos como Android.

Gracias al blockchain los usuarios podrán sentirse más seguros a la hora de almacenar datos en sus smartphones. Los smartphones protegen información que no tienen mucha importancia, como el número de teléfono de un familiar, pero también deben proteger datos bancarios o médicos.

La útil aplicación wallet, que permite comprar sin necesidad de una tarjeta o dinero físico, es una cartera digital que debe estar protegida ante posibles ciberataques.

El blockchain no solo mejorará la seguridad de los usuarios, sino que permitirá la integración de criptowallets.

¿Qué es una criptowallet?

Es muy parecida a una cuenta bancaria. Permite a sus usuarios enviar y recibir criptomonedas, al igual que almacenarlas. La diferencia es que una criptowallet no está ligada a ninguna empresa o banco. Con este sistema, tú eres tu propio banco.

Ninguna entidad puede congelar fondos, ni acceder a las criptomonedas que almacenes, y tú eres el máximo responsable de tu criptomonedero. Funcionan por medio de códigos, y cada usuario tiene una llave única que permite acceder a sus fondos de dinero virtual.

El integración de blockchain en los dispositivos también reforzará el uso de ÐApps o aplicaciones descentralizadas.

¿Qué son las ÐApps?

Es una app que no depende de un sistema central, sino de la comunidad de usuarios que la utilizan. Por ejemplo, Facebook es una app centralizada, lo que supone que si Marck Zuckerberg decidiera imponer un precio al uso de su aplicación, los usuarios no tendrían otra opción que aceptarlo si desean seguir utilizando su perfil. Además, en una app descentralizada los usuarios pueden enviar o recibir fondos de forma directa, sin figuras intermediarias como Visa o PayPal.

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