¿Lograremos encontrar algún día vida en otros planetas? Desde el descubrimiento del primer exoplaneta fuera del sistema solar en el año 1992 por científicos del Observatorio de Arecibo (Puerto Rico), los investigadores no han encontrado seres vivos fuera de nuestro planeta, pero sí han detectado multitud de exoplanetas que orbitan estrellas diferentes al sol.

Algunos de los hallazgos más importantes han tenido lugar durante estos últimos años. En febrero de 2017, la NASA anunciaba el descubrimiento de un sistema planetario a 40 años luz de la Tierra. En total, hallaron siete exoplanetas, de los cuales, tres tenían características similares a la Tierra. Más reciente, en abril de 2018, un estudio publicado en Nature Astronomy revelaba que el planeta K2-229b tenía un tamaño parecido al nuestro y su composición era semejante a la de Mercurio.

La misión Kepler de la NASA ha sido todo un éxito por sus descubrimientos. Desde su lanzamiento en 2009, un total de 4.000 exoplanetas han sido detectados y observados. No obstante, hasta ahora, no se había encontrado ningún planeta idéntico al nuestro. Un nuevo descubrimiento podría haber puesto fin a esto.

Nueva supertierra fría a seis años luz

Una investigación publicada en la revista Nature realizada por Ignasi Ribas, investigador del Instituto de Ciencias Espaciales (CSIC) y Guillem Anglada-Escudé, de la Universidad Queen Mary de Londres (Reino Unido), ha demostrado el descubrimiento de una supertierra fría en el segundo sistema solar más cercano a la Tierra. Las supertierras son planetas con masas entre dos y diez veces superiores a las de la Tierra.

Esta nueva supertierra está situada en la estrella Barnard, a tan sólo seis años luz de distancia de la Tierra. Se trata de una enana roja considerada la más cercana a nuestro Sol, más pequeña y antigua, y es más rápida que cualquier otra estrella. Este planeta descubierto ocupa 3,2 masas terrestres, y tarda 233 días en completar una órbita en torno a su estrella. Además, según los investigadores, es probable que la temperatura sea de -170ºC al carecer de atmósfera. Por tanto, señalan, no se sabe a de forma clara cómo es su naturaleza, pero, por su historia de formación, se puede debatir que su atmósfera sea muy densa.

Tecnología de alta precisión: efecto Doppler

En todo caso, ha sido un gran descubrimiento, porque hasta ahora se creía que este tipo de exoplanetas estaban más cerca de sus estrellas. Para lograr el hallazgo ha sido esencial la utilización de CARMENES, una herramienta tecnológica instalada en el Observatorio de Calar Alto en Almería. Se trata de un espectrómetro de alta precisión, y su técnica se basa en el efecto Doppler en la luz estelar. Esta técnica mide cómo la velocidad de un objeto en nuestra línea de visión cambia con el tiempo.

“Con el método de la velocidad radial, los espectrómetros de precisión se emplean para medir el efecto Doppler. Cuando un objeto se aleja de nosotros, la luz que observamos se vuelve ligeramente menos energética y más roja. Al contrario, cuando la estrella se acerca a nosotros, la luz se hace más energética y azulada”, ha asegurado Ignasi Ribas, coautor del estudio. Por tanto, están seguros de que el planeta está ahí pero todavía son necesarios más datos que lo confirmen.

Gracias a la velocidad radial han podido observar una señal en un período de 233 días y que la estrella de Barnard se acerca y se aleja a 1,2 metros por segundo. Por tanto, se puede afirmar que el planeta está orbitando la estrella.

Este hallazgo es potencial para continuar con la búsqueda de más exoplanetas en sistemas solares vecinos al nuestro y quizá, algún día, encontremos uno con condiciones para albergar vida humana.

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