¿Te imaginas un mundo a caballo entre la realidad aumentada y la verdadera realidad? ¿Una sociedad donde las personas con discapacidades físicas se superen gracias a la tecnología? ¿Un planeta donde el hombre llegue a soñar con ovejas eléctricas?

Los cyborgs son humanos con habilidades aumentadas. En ellos, todas las estructuras orgánicas son reemplazadas por un equivalente artificial. Uno de los iconos más representativos de la modificación biónica en la cultura popular es Alex Murphy, más conocido comúnmente como Robocop.

Desde la anatomía del inspector Gadget, hasta el brazo de Luke Skywalker. Son muchos los héroes y antagonistas que disponen de miembros eléctricos o componentes tecnológicos que dan juego a su propia ficción.

Ahora, con el último adelanto del prometedor título de CD Projekt Red, Cyberpunk 2077, los cyborgs vuelven a estar a la orden del día. En este videojuego se te permitirá modificar a tu antojo todo tu cuerpo: ojos biónicos, modificaciones en tus miembros y armas adosadas a tu organismo…las posibilidades prometen ser infinitas.

Mientras tanto, en el mundo real, programas como Revolutionizing Prosthetics tienen como objetivo devolver a gente como Johnny Matheny sus extremidades. Este proyecto, desarrollado en 2006 en la Universidad Johns Hopkins, fue financiado por la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa de los Estados Unidos (DARPA).

Tras perder su brazo en 2008 a causa de un cáncer, Matheny dio paso a un largo proceso de aprendizaje tras el que pudo mover sus dedos y girar la muñeca para cocinar, trabajar en su huerta, o incluso, tocar el piano.

Gracias a iniciativas como esta, los pacientes pueden conectar sus extremidades robóticas directamente a la corteza cerebral, para que los movimientos y órdenes que interpretan lleguen directamente desde el cerebro.

La biocompatibilidad entre tejidos humanos y electrodos varía en función de cada sujeto, como si se tratase de una lentes de contacto. Respecto a los trasplantes oculares, la idea de Ocumetics Bionic Lens es la de un implante ocular que se instala sobre el cristalino del ojo y que promete mejorar la visión e incluso implantar realidad aumentada.

El cyborg español

Neil Harbisson, artista vanguardista residente en Nueva York, es la primera persona en el mundo reconocida como cyborg por un gobierno, además de ser la primera persona con una antena implantada en la cabeza.​ Con ella puede percibir, no solos los colores visibles, sino también los infrarrojos y los ultravioletas.

Del mismo modo, y bajo la premisa de que cualquiera puede modificar a su antojo su naturaleza biológica, Manel Muñoz también desarrolla su discurso en torno a la transespecie. Gracias a un órgano barométrico con el que percibe la llegada de tormentas por medio de la velocidad de las vibraciones, es capaz de determinar la intensidad de los fenómenos naturales.

Animales robóticos

No son cyborgs, pero si que adoptan movimientos propios de la naturaleza. Los animales robóticos también nos ayudan a comprender la evolución y el desarrollo lógico de la tecnología.

Murciélagos, canguros, libélulas, hormigas… toda una fauna de animales robóticos al servicio del ser humano. Así lo plantea Festo, una empresa responsable del Bionic Learning Network. Con este proyecto pretenden crear soluciones automatizadas para empresas, vender equipo eléctricos, hidráulico y neumático, así como servicios de diseño, desarrollo e integración de máquinas.

En definitiva, nos quedamos con las palabras de Darwin, “No es el más fuerte de las especies el que sobrevive, tampoco es el más inteligente el que sobrevive. Es aquel que es más adaptable al cambio”. El futuro de la selección depende de los avances tecnológicos.

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