Hoy, 5 de junio, es un día marcado en el calendario de muchos. Hoy celebramos el Día Mundial del Medio Ambiente, una jornada para concienciar a las instituciones, empresas y ciudadanos de su responsabilidad en cuanto a la conservación y mejora de nuestro ecosistema.

Sin embargo, la situación no parece mejorar y las consecuencias del cambio climático son visibles e incluso irreparables. Según el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU, nuestro planeta va a alcanza el límite de 1,5°C de calentamiento global para el año 2030. Tenemos un plazo para conseguir frenar las consecuencias.

Aunque en diciembre de 2015 se firmara un pacto mundial en el Acuerdo de París por el clima, la principal medida es mantener el aumento de la temperatura media global por debajo de los 2 grados centígrados. Por ejemplo, para 2100, el aumento del nivel del mar sería 10 centímetros más bajo con 1,5°C que con 2°C. Otro ejemplo sería la vida marina. Los arrecifes de corral se perderían enteros con una temperatura de 2°C, mientras que disminuirían un 70-80% con una temperatura de 1,5°C.

Hacia una «economía verde»

En esta situación, ¿por qué celebramos este día? Se trata de un evento que se repite cada año desde 1974 cuando las Naciones Unidas decidieron rendir un día al medio ambiente coincidiendo con el inicio de la Conferencia de Estocolmo. Una demostración de la responsabilidad mundial de proteger la Tierra, porque no hay un planeta B.

«Es hora de actuar con contundencia. Mi mensaje a los gobiernos es claro: gravar la contaminación, dejar de subvencionar los combustibles fósiles y dejar de construir nuevas centrales de carbón. Necesitamos una economía verde, no una economía gris», estas han sido las palabras de António Guterres, secretario general de la ONU, para la celebración de este año.

Cada año se elige un tema y un país anfritión. Este año se basa en los cambios que podemos realizar para reducir la contaminación atmosférica, y el anfritión es China. Es urgente entender los diferentes tipos de contaminación y cómo pueden repercutir a largo plazo en nuestra salud y en el medio ambiente. Según la ONU, nueve de cada 10 personas en el mundo están expuestas a niveles de contaminación superiores a lo que marca como seguridad la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Siete millones de personas mueren anualmente por contaminación

Los datos son alarmantes. Siete millones de personas mueren al año en el mundo por la contaminación atmosférica cuyas fuentes son variadas. En el hogar, la principal causa es la quema de combustibles fósiles, madera u otra biomasa para cocinar o calentar. De esa cifra de siete millones, aproximadamente cuatro millones se deben a la contaminación dentro de los hogares.

Por otra parte, la producción industrial es una potente fuente de contaminación del aire que respiramos todos, sobre todo las centrales de carbón. El transporte representa, según datos de la ONU, cerca de un cuarto de todas las emisiones mundiales de dióxido de carbono y está relacionado con la muerte prematura de 400.000 personas.

La quema de residuos es otro de los factores principales de contaminación, al igual que los vertederos de desechos orgánicos, ya que emiten a la atmósfera gases nocivos. La agricultura es otra fuente de contaminación, sobre todo el ganado, ya que genera metano y amoníaco. Cerca del 24% de los gases de efecto invernadero provienen de la agricultura.

No hay duda de que la contaminación provoca graves efectos para la salud y está asociada con enfermedades cardiovasculares y pulmonares. En nuestro país, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) ha declarado que el número de muertes prematuras al año por contaminación es de 10.000 personas.

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