¿Hay algo más típico de verano que tumbarse en la playa a ver las Perseidas? Bueno, no ha de ser exclusivamente en la playa, nos vale el césped de la piscina, la terraza de casa o cualquier ventana desde la que se vea bien el cielo.

Cabe destacar desde el principio que la lluvia de estrellas comenzó el 17 de julio y podrá ser visible hasta el 24 de agosto, pero las noches del 10, 11 y 12 de agosto serán las mejores para poder disfrutar de este espectáculo que nos brinda la naturaleza, según los astrónomos. Se calcula que el número de meteoros puede alcanzar los 200 (de las que veremos realmente entre 20 y 30), sobretodo en la noche del 12 al 13 de agosto desde las 22:00 horas. Pero si queremos apurar todavía más, se prevé que la hora de máxima actividad será la 01:00 de la madrugada de la noche del domingo al lunes.

Uno de los requisitos fundamentales a la hora disfrutar de las estrellas fugaces es intentar evitar en la medida de lo posible la contaminación lumínica, es decir, escapar de los núcleos urbanos o zonas demasiado iluminadas para tener una mejor perspectiva del cielo. Además, este año 2018 la Luna estará de nuestra parte, ya que será Nueva y eso deja el cielo totalmente oscuro para que podamos ver mejor las Perseidas.

Pero, ¿sabes por qué se llaman así o cómo se producen? Antes de que te sientes a verlas, te vamos a contar algunas curiosidades sobre ellas.

¿Por qué se produce cada año?

Ya nos lo enseño Pumba en el Rey León, más allá del Hakuna Matata, que las estrellas son bolas de gas quemándose a millones y millones de kilómetros de la Tierra. Pero, ¿y las fugaces? Pues las estrellas fugaces son partículas de polvo que se queman al atravesar a gran velocidad la atmósfera.

La nube de partículas se crea al desprenderse partículas de los cometas al acercarse al Sol. La alta temperatura que emite el Astro Rey genera esos fragmentos que se quedan alrededor de la órbita del cometa.

Pues cada año, la Tierra atraviesa la nube de partículas de cometa 109P/Swift-Tuttle atrayéndolas hacia su campo gravitatorio y arrastrándolas hacia la Tierra hasta que cruzan la atmósfera. Ese cruce genera una fricción que unida a la velocidad calienta los fragmentos rocosos (llamados meteoroides) y los calcina y vaporiza emitiendo un brillo. Justo ese es el momento que llamamos estrella fugaz y que nos da la sensación de que se produce más cerca de lo que realmente lo hace.

Perseidas o Lágrimas de San Lorenzo

Seguramente hayáis oído ambos nombres para referirse a ellas (y si no, ya sabéis una cosita más). Pero, ¿a qué se debe cada uno?

El más común es Perseidas, el nombre viene determinado por la constelación de la que radian. Es decir, todas las lluvias de meteoros tienen un centro de origen único del que salen todas esas estrellas fugaces que vemos en el cielo y a ese lugar concreto se le llama “radiante”. Es su localización la que nombra la lluvia de meteoros, Constelación de Perseo, en este caso.

En cuanto al nombre “lágrimas de San Lorenzo”, se debe a la tradición cristiana. La historia cuenta que el 10 de agosto los romanos quemaron a San Lorenzo y la lluvia de estrellas simboliza las lágrimas que derramó en su trágica muerte.

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