El lanzamiento de la misión BepiColombo es hasta ahora el intento más ambicioso por conocer más sobre Mercurio. Este planeta, el más próximo al Sol y el más pequeño de nuestro sistema, apenas ha sido explorado. Las sonda Mariner 10 y MESSENGER , enviadas por la NASA, han sido las principales fuentes de información sobre el planeta. Pero queda mucho por saber.

Llenar parte de este vacío es el reto que se propone la misión BepiColombo, lanzada conjuntamente por la ESA y la JAXA. La Agencia Espacial Europea y la Agencia de Exploración Aeroespacial Japonesa tienen como reto orbitar cerca de Mercurio y estudiar algunas de las claves de su existencia.

Marte y Venus, aunque en menor medida este último, están más presentes en los planes de futuro de las agencias espaciales. Mercurio, sin embargo, se ha mantenido en un segundo plano. Resulta algo comprensible, pues los dos anteriores se encuentran más próximos a la Tierra. Pero el planeta más cercano al Sol tiene peculiaridades dignas de estudio , precisamente por su cercanía con el astro rey.

Algunas de las características de Mercurio sobre las que se quiere conocer más incluyen el enorme tamaño de su núcleo. Se desconoce por qué se encuentra fundido y puede generar un campo magnético, al contrario que los núcleos de Marte o Venus. La abundancia de sustancias volátiles en su superficie es otro de los enigmas. No se sabe cómo es posible que existan este tipo de compuestos en el aire dentro de un planeta que se encuentra tan cerca del Sol.

Mercurio: objeto de estudio

La misión BepiColombo, nombrada en homenaje al matemático italiano Giuseppe Colombo (que facilitó la puesta en marcha de la primera misión que tuvo a Mercurio como objetivo, la Mariner 10, en 1974), consta de dos módulos orbitantes. Uno de ellos, MPO , es la unidad de la ESA, mientras que el otro, MIO , es el orbitador japonés.

El módulo de transferencia lo operará la ESA y proporcionará el impulso necesario para que las sondas puedan orbitar alrededor del planeta. Esta fase se prevé para finales de 2025. Ambos módulos, el de JAXA, MIO, primero, y después el MPO, de la ESA, se desprenderán para buscar una posición cercana a Mercurio.

El objetivo japonés es estudiar el campo magnético de Mercurio , así como su entorno espacial asociado. Al mismo tiempo, la ESA quiere estudiar la superficie del planeta empleando cámaras y otros dispositivos. La sonda MPO intentará ofrecer datos sobre la composición de Mercurio, a partir de los cuales se pueda extraer una historia geológica en detalle.

Ambos módulos orbitadores medirán el campo magnético, con el fin de comparar los registros obtenidos en dos lugares diferentes en un mismo momento. Se trata de un paso importante para saber más sobre la velocidad a la que las distorsiones viajan a través del campo magnético de Mercurio. BepiColombo también pretende conocer más detalles sobre la atmósfera residual del planeta y sobre el origen mismo de un cuerpo celeste tan cercano al Sol.

Imágenes: ESA

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