Los ratones son animales que levantan muchos tipos de sentimientos: miedo, asco, curiosidad, ternura… El cine los ha convertido en protagonistas de películas de animación, y la literatura tampoco ha querido dejarlos atrás. Una importancia que han compartido también con el mundo de la ciencia, que desde hace un tiempo ha encontrado en ellos una interesante fuente de investigación.

Ahora su protagonismo ha alcanzado a la neurociencia. Así, un grupo de científicos estadounidenses ha controlado las acciones de estos pequeños roedores a través de un implante cerebral para salir de dudas sobre la estimulación neural y sus consecuentes efectos.

Un avance sin técnicas invasivas

Un equipo conformado por investigadores de la Universidad de Illinois, en colaboración con varios expertos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington, fueron los encargados de llevar a cabo el proyecto científico.

Colocaron un implante en el cerebro de los ratones para poder controlar a distancia sus acciones.

Un avance que abrió un abanico de nuevas oportunidades a la ciencia, contribuyendo a saber más sobre los efectos de la estimulación de las neuronas, a la vez que se mostró inofensivo con los animales al no utilizar ninguna técnica invasiva.

Ni un solo pelo de diámetro

Ni un solo pelo de tonto tiene el aparato que los roedores trasportan. Con menos diámetro que el cabello de una persona, este implante es capaz de destruir y trasmitir menos tejido cerebral que los instrumentos utilizados normalmente.

El control de la mente a distancia

Con el implante en la cabeza, el ratón ha dejado que se pueda marcar el camino que sigue a través del uso de un sistema de control a distancia que otorga tanto la posibilidad de inyectar drogas como de enviar señales al cerebro del roedor.

Un resultado que los científicos ya han calificado de exitoso, y donde ahora solo cabe preguntarse si en un futuro podrá usarse también con otro tipo de animales o incluso con personas.

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