DJI es el mayor fabricante de drones, y se está centrando en mejorar la seguridad de sus dispositivos y el resto de la industria mediante hardware y software.
La seguridad en lo que respecta a drones es uno de los asuntos que más preocupa a las autoridades a nivel mundial. A todo lo bueno que traen, suman amenazas a la seguridad de muchos lugares que hasta ahora sólo podían ser sobrevolados por avionetas o helicópteros, con protocolos de actuación muy controlados, pero que con la expansión de los pequeños vehículos aéreos no tripulados han visto cómo depositar elementos peligrosos, o simplemente espiar, convirtiéndose en un juego de niños.
Para frenar el aumento de estas prácticas, muy usadas por aficionados en áreas restringidas, o por grupos terroristas como el Estado Islámico, que ha empleado drones, DJI, el primer fabricante mundial, tomó importantes medidas que recientemente ha reforzado con hardware dedicado. Esas medidas, lanzadas de la mano de una actualización de software, obligan al usuario a realizar un proceso de activación y verificación que permita al sistema controlar si es posible volar donde el usuario planea hacerlo.
En el caso de no realizar dicho trámite, el dron no puede volar a más de 30 metros de altura ni distanciarse más de 50 metros. Tampoco puede hacerse streaming en ese caso desde la cámara del dispositivo. Es un caso que pude comprobar personalmente este verano con un DJI Mavic Pro. No sabíamos por qué el dron no se movía ni ascendía, hasta que recordamos que sin Internet no es posible hacer mucho de lo que el dispositivo permite.
Profundizando un paso más en la lucha contra este problema, DJI también lanzó AeroScope, un sistema de hardware cuyo propósito es controlar y monitorizar la actividad de los drones que sobrevuelan un espacio aéreo determinado. Los ejemplos que la compañía ponía para explicar la necesidad de un sistema así eran eventos, como conciertos o partidos de fútbol, así como lugares como aeropuertos. Se puede pensar que a nadie con sentido común se le ocurriría volar en espacio aéreo transitado por aviones, pero han sido ya varios los casos en los que aficionados han grabado despegues y aterrizajes.
Aunque sea un producto de DJI, AeroScope es válido para monitorizar drones de cualquier fabricante que se adhiera y haga compatible sus productos. En este escenario, DJI pretende agilizar el proceso de la estandarización de control y regulación, ya que aunque para algunos casos las autoridades se han dado mucha prisa, en otros se están demorando años.
AeroScope es una solución que no llegará al público, pues está destinada a gobiernos y organizaciones autorizadas. Es cuestión de tiempo que organismos y fabricantes se pongan de acuerdo en estandarizar un producto, pero al menos la base ya es muy buena.
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Ir a la fuente / Author: Antonio Sabán
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