El agua es el recurso natural más valioso que tenemos en la Tierra. Uno que tiene el fin de abastecer el planeta y también una utilidad económica, además de social.

Nosotros tenemos la suerte de disponer de un grifo y conseguir el agua que queremos en el momento que prefiramos. Pero, en realidad, nos enfrentamos a una posible crisis mundial con respecto al agua.

Una forma de concienciarnos sobre la situación es viendo el documental Explained (o en su traducción En pocas palabras) de la plataforma Netflix, y que puedes disfrutar con Movistar+.

¿De cuánta agua disponemos?

Esa es la pregunta del millón. A priori, puede parecer una trampa, ya que las tres cuartas partes del planeta son agua.

Pero, ¿cuánta agua hay para el consumo humano? Pues si los cálculos son correctos, el volumen de agua que existe en nuestro planeta es de 1.386 millones de metros cúbicos, de los cuales, solamente el 2,5% son reservas de agua dulce (aproximadamente, 35 millones de metros cúbicos).

De esta pequeña cantidad de agua dulce que existe en el planeta, la mayor parte está concentrada en los glaciares (69%), y el 30% restante se encuentra en acuíferos subterráneos, por lo que en ambos casos esta concentración resulta de difícil acceso.

Solo la población tiene acceso a un 1% del agua dulce que hay de dichas reservas, y se encuentran en ríos y lagos. Y, aun así, una parte es disponible para el consumo humano si tenemos en cuenta que más de la mitad de los ríos que existen en el planeta están contaminados.

¿Puede una ciudad quedarse sin agua?

Por supuesto que puede suceder ese caso. Sin ir más lejos, Sudáfrica iba a convertirse en el primer país del mundo en quedarse sin agua.

El gobierno sudafricano tenia previsto poner fecha a las restricciones totales de agua y así evitar la catástrofe. Un momento que fue aplazándose, debido a las movilizaciones que hizo la población para frenar la escasez.

Cabe decir que Sudáfrica continúa viviendo etapas de sequía, y ya se barajan opciones para paliar, al menos a corto plazo, el problema del agua. Y una de esas iniciativas que baraja el país africano es “coger prestado” un iceberg y transformarlo en agua potable.

Una idea que parece sacada de una película, pero que, por desgracia, es la pura realidad que estamos a tiempo para revertir la situación y evitar más casos como Sudáfrica en otras partes del planeta azul.

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