El ámbito digital ha abierto nuevas vías de comunicación, de transmisión de datos, etc. Además, ha acelerado todo el desarrollo humano desde su creación. La conectividad que ha permitido la digitalización ha supuesto una conexión entre dispositivos nunca antes vista y ha provocado a su vez que la relación entre ser humano y máquina sea total.

Llegados a este punto, se podría considerar la entrada de lleno en el mundo tecnológico como algo idílico. Una cuestión de comodidad y mejora de todos los niveles de vida en nuestro día a día. Pero, como es lógico, cada ventaja tiene su inconveniente. En este caso, es la inseguridad de todos los elementos conectados a la red dentro de nuestro ámbito personal. Tanto a nivel individual, como a nivel empresarial.

Por ello, uno de los principios más importantes de la digitalización ha sido la incorporación de la ciberseguridad al día a día dentro de la red. Desde la aceptación de cookies en diferentes páginas de Internet hasta controles antifraude en entidades bancarias.

Los nuevos retos de hoy en día para la ciberseguridad

Una de las estrategias más importantes que se ha establecido recientemente en este aspecto es el GDPR (Reglamento General de Protección de Datos). Aplicada en mayo, esta ley de ámbito europeo ha supuesto un gran avance en la seguridad en la red.

Con ello, la información personal de los usuarios se ha podido proteger, o al menos mejorar su seguridad. Pese a todo, y aunque lleva vigente desde entonces, todavía muchas empresas de distintos sectores siguen ampliando su respuesta frente a posibles brechas.

Insurance Internet of Things

Como hemos dicho antes, la hiperconexión que se está dando en estos últimos años entre muchos dispositivos también ha hecho crecer el riesgo de éstos por el mero hecho de estar conectados a la red. Por este motivo, la ciberseguridad dentro del ámbito de pequeños objetos conectados está a la orden del día, bajo la denominación de Insurance Internet of Things.

Bancos resilientes

Existe en la actualidad una tendencia dentro de las grandes empresas bancarias, en las cuales, al ser uno de los objetivos más importantes por parte de los cibercriminales, se están reforzando de una manera muy determinante contra posibles ataques informáticos. Es en este sentido en el que al autogestionarse su propia ciberseguridad se convierten en los denominados bancos resilientes. Capaces por sí mismos, de detectar y atajar brechas en su seguridad.

Queda con esto visto varias de las iniciativas que están empezando a ser claves dentro del sector de la seguridad informática. Un sector en auge, en el que cada vez se demandan nuevos profesionales para poder sofocar la incesante oferta existente en estos momentos.

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